Hasta este momento, en México
ha sido escasa la investigación sobre la violencia homicida ejercida en contra
de las minorías sexuales: existe una literatura comprometida, pero poco
documentada, la cual basa su análisis y razonamiento en fuentes periodísticas
sesgadas por la homofobia y la transfobia, siempre criticadas por ello, más
nunca tomadas
como tales: representaciones mediáticas calladas por los tabúes hacia las sexualidades periféricas, sus modos de vida y prácticas sociales; orientadas por el estigmatización y la discriminación hacia las minorías sexuales; que manejan la información y la realidad según intereses espectaculares y morbosos, y que por todo ello se deben revisar y cotejar con cuidado.
como tales: representaciones mediáticas calladas por los tabúes hacia las sexualidades periféricas, sus modos de vida y prácticas sociales; orientadas por el estigmatización y la discriminación hacia las minorías sexuales; que manejan la información y la realidad según intereses espectaculares y morbosos, y que por todo ello se deben revisar y cotejar con cuidado.
Por consiguiente, pendiente y
dependiente de los medios de comunicación para registrar los casos de homicidios LGBTT, que enfatizan las circunstancias más
macabras y violentas de los asesinatos cometidos en contra las minorías
sexuales, e incluso utilizan la orientación sexual y la homofobia como recursos
narrativos para constituir una situación excitante, elaborar un personaje
repugnante, cuya función consiste en reiterar y legitimar las reglas e imágenes heterosexistas; los académicos y militantes que han tratado la cuestión a partir de esta única
fuente, han ido constituyendo un discurso alarmista, basado en análisis poco
sistematizados de la realidad homicida de las minorías sexuales.
La construcción del discurso
sobre los crímenes de odio por homofobia en México, desde finales del siglo
pasado, ha trasladado las características de los “crímenes de odio”
estadounidenses a la generalidad de los asesinatos cometidos en contra de las
personas no-heterosexuales, sean lesbianas, transexuales, travestís, gays,
bisexuales, y otros VSV. Además, se ha centrado en la dimensión más
cuantitativa del problema discriminatorio que subyace a la cuestión de los
homicidios cometidos en contra y por las minorías sexuales en la ciudad de México,
lo que derivó en descuidar la caracterización precisa y local de los homicidios
ligados al odio y al prejuicio; y en olvidar el sentido jurídico del concepto
importado, aspectos básicos para entender y actuar tanto sobre los crímenes
motivados por el odio, como sobre la homofobia y el prejuicio que posibilitan
y conllevan esos niveles de violencia en los contextos vivenciales e íntimos de las minorías sexuales.
Revisando, una por una, las
notas de los últimos informes de la Comisión Ciudadana Contra los Crímenes de
Odio por Homofobia (CCCCOH) correspondientes al Distrito Federal, y cotejandolas con las notas de seguimiento, uno puede
verificar que 1) parte de estas notas no se refieren a personas pertenecientes
a las minorías sexuales; 2) otra parte de los crímenes ha sido documentada dos
o más veces; 3) varios asesinatos incluidos en estas listas de “crímenes por
odio homofóbico” son homicidios cuyo móvil no es el odio homofóbico, o para los
cuáles no tenemos información suficiente para sospechar que la intolerancia y
el prejuicio hayan sido los determinantes de la acción homicida, al haber sido seleccionados por la brutalidad con la que fueron perpetuados, sin tomar en cuenta el contexto mórbido de la creciente inseguridad y corrucpión policial en los años 90, y de la "guerra contra el narcotráfico" en el último sexenio. Más de un tercio de los “crímenes de odio por homo/transfobia” en la ciudad de
México D.F. han sido finalmente suprimidos en nuestra base de datos: se ha preferido la selectividad para dotarla de mayor confiabilidad. La mayor
precisión permitirá distinguir, como lo están empezando a hacer en otros países
latinoamericanos, entre los homicidios cometidos en contra de las personas
LGBTT y VSV, y los crímenes cuyo móvil y soporte es el odio homofóbico, la
intolerancia y el prejuicio hacia las minorías sexuales y sus prácticas
heterodoxas.
Esta doble caracterización, que
permite restringir los criterios para la selección y documentación de los casos
comprobados de “crímenes de odio”, para ir definiendo con más profundidad sus
rasgos más claros en la capital mexicana, va segundada de una reflexión, al final del informe, acerca del modo en que los demás asesinatos, su alta frecuencia,
se vinculan de manera más indirecta con la estigmatización, el aislamiento y el
rechazo, de las minorías sexuales. Se exploran así algunas hipótesis sobre los
factores sociales, económicos y ideológicos que permiten o potencian los
asesinatos en contra de las minorías sexuales.
Ojalá estos resultados puedan
aportar algún granito a la lucha contra la discriminación y la violencia
homofóbica. El Informe se publicará para las Pascuas y estará descargable en esta misma dirrección.
Gracias por su contribución y su difusión!
Reno*.
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