DISCRIMINACIÓN, SEXUALIDADES Y VIH
En México, es común, todavía en el siglo XXI, y cuando el
VIH-sida es una prioridad del sistema de salud nacional por la alta
seroprevalencia constatada en el país[i],
que las personas estén discriminadas por su condición VIH-positiva, la cual a
menudo se añade a la estigmatización de sus formas de vida reales o supuestas,
y se suma a los tabúes relativos a las sexualidades periféricas, no heterosexuales
y no monógamas. En efecto, como ya evidenciaban Miguel García Murcía y su
equipo[ii],
en un documento sobre la historia de la discriminación institucional hacia las
personas que tienen y sobreviven con VIH-Sida publicado por el CONAPRED, el
estigma a menudo se basa en la idea que se hacen los propios prestadores de
servicios de salud acerca de las prácticas sexuales, afectivas y sociales que
llevan a cabo las minorías sexuales, y que estos prestadores asocian con la
promiscuidad sexual, la deshonra, la vergüenza y la falta de respeto. En una encuesta que se hizo en servicios de salud públicos sobre VIH (CONAPRED, 2006), se evidenciaban la existencia de tabues y estigmas hacia las personas portadoras del virus, tanto por su condición serológica como por pertenecer a las minorías sexuales.
Y sin embargo, desde principios de la década, los derechos de
las minorías sexuales por un lado, los derechos a acceso
a servicios de salud y tratamientos, por otro, se han ido protegiendo cada vez más, tanto a nivel mundial y continental como en los ámbitos nacionales y locales. Igualmente, las últimas leyes de salud protegen con más fuerza la confidencialidad de las pruebas de VIH, para evitar al máximo la discriminación, en especial en los centros de trabajo. Además, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, con la que se creó el CONAPRED[iii], empujó a las entidades federativas, a su vez, a legislar la discriminación, creándose institutos locales para combatir la discriminación (COPRED, en D.F.)., todo lo cual, se supone, nos ampara para poder demandar a los Entes públicos en casos de discriminación y de infracción por el personal de los centros de salud.
a servicios de salud y tratamientos, por otro, se han ido protegiendo cada vez más, tanto a nivel mundial y continental como en los ámbitos nacionales y locales. Igualmente, las últimas leyes de salud protegen con más fuerza la confidencialidad de las pruebas de VIH, para evitar al máximo la discriminación, en especial en los centros de trabajo. Además, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, con la que se creó el CONAPRED[iii], empujó a las entidades federativas, a su vez, a legislar la discriminación, creándose institutos locales para combatir la discriminación (COPRED, en D.F.)., todo lo cual, se supone, nos ampara para poder demandar a los Entes públicos en casos de discriminación y de infracción por el personal de los centros de salud.
Asimismo, las Comisiones Estatales de Derechos Humanos han
estado integrando de forma sistemática los derechos de las minorías sexuales,
los derechos sexuales, y las discriminaciones en razón de la identidad
sexo-genérica en sus acciones y discursos. En el Distrito Federal, la Comisión
dictó varias recomendaciones ligadas a las discriminaciones que padecían los
trabajadores de los propios servicios públicos (militares, por ejemplo) en
relación al mal uso de sus resultados de diagnóstico positivo, reforzando la
protección individual de la confidencialidad y el derecho a la vida íntima por
sobre las orientaciones de la política pública en materia de salud. En algunas
ciudades y estados, se están reforzando, en los protocolos de la policía, la
atención a las poblaciones con mayor riesgo y en situaciones de vulnerabilidad,
entre éstas las transexuales y los profesionales del sexo. En la Ciudad de
México, se fundió incluso una Procuraduría especial para los delitos cometidos
en contra de las minorías sexuales, a la cual se turnan todas las denuncias y
averiguaciones previas que tengan como responsables o víctimas a personas
no-heterosexuales. Ahora bien, pese a todas estas medidas para combatir la
discriminación basada en la orientación sexual o la identidad de género, en las
prácticas sociales, sexuales y estilos de vida de las minorías sexuales; pese a
los refuerzos múltiples del derecho a la confidencialidad y del derecho a la
salud de las personas infectadas por el VIH-sida y otras enfermedades de
transmisión sexual, en México, en la mera capital incluso, los servicios de
salud especializados en la atención y control de la epidemia de VIH, los
hospitales y centros de salud familiares públicos del IMSS, siguen registrando
quejas y reclamaciones por la falta de confidencialidad, el maltrato recibido,
la atención tardada e inadaptada a las problemáticas sociales a los que se
enfrentan los pacientes con VIH-sida recién diagnosticados, y sabemos que
muchos pacientes prefieren no denunciar para evitar un peor maltrato por parte
de las enfermeras de su centro de salud habitual o, peor, de su médico. Por un
lado, el estigma impone el silencio y pesa sobre las reacciones, inhibiendo a
la población discriminada a poner reclamaciones. Por otro lado, la pasividad
política de muchos y la corrupción política de algunas, permiten e incentivan a
las organizaciones sociales que supuestamente trabajan para la reducción del
estigma y la erradicación de su impacto negativo en la salud de las personas
infectadas a ejercer una autoridad que no tienen, y que meramente se deriva de
sus contactos en áreas de decisión, sobre la gestión y la atención del VIH, de
tal modo que tras años de Convenios y Acuerdos, pierden el sentido crítico ante
las situaciones de estigma, discriminación, violencia, que padecen las personas
(algunas, no todas) infectadas, hasta el grado que llegan incluso a provocarlas
de forma indirecta.
LAS BASES Y FORMAS DE DISCRIMINACIÓN EN EL PAÍS
Según las participantes de los Diagnósticos Comunitarios Participativos realizados por el Colectivo Sol, los prestadores de servicios de
salud, junto con los policías, militares y otros agentes de la seguridad
pública, son los principales actores de la discriminación y de la
estigmatización de las personas transexuales, travestis, gays, bisexuales y
otros hombres que sienten atracción física, emocional y sexual hacia personas
de su mismo sexo.
Tabla 1. Formas de discriminación
reportadas por las minorías sexuales y personas con VIH
(DCP del Colectivo Sol, 2011)
|
|||
Formas
de discriminación
|
Nº de DCP con referencia
|
Proporción en % de los DCP
|
Referencias (proporción en %)
|
Agresión
verbal, burlas
|
27
|
71%
|
13%
|
Extorsión,
robo y chantaje
|
24
|
65%
|
12%
|
Maltrato
en servicios públicos
|
20
|
55%
|
10%
|
Aislamiento,
rechazo y segregación
|
20
|
46%
|
9%
|
Agresión
psicológica
|
19
|
45%
|
8%
|
No
asistir a las minorías sexuales en salud o justicia
|
18
|
55%
|
10%
|
Abuso
de autoridad
|
16
|
46%
|
9%
|
Negación
de los servicios
|
16
|
49%
|
9%
|
Agresiones
físicas
|
11
|
34%
|
6%
|
Mala
calidad de los servicios
|
11
|
37%
|
7%
|
Violación
y abuso sexual por un agente del MP
|
9
|
19%
|
4%
|
Acoso
laboral/Despido
|
5
|
17%
|
3%
|
Total
|
38
|
100%
|
100%
|
Fuente: Boivin-Colectivo Sol, Base
SPSS DCP 2011
|
Las formas de discriminación, en el centro de salud, van
desde la discriminación verbal, pasan por la estigmatización de las relaciones
homosexuales (“esto te pasa por esas relaciones que tienes por ahí” le dicen a
uno para compartirle su diagnóstico positivo), y llegan al rechazo contundente
de la prestación de servicio, en especial en el caso de las trans, cuando los
médicos alegan que no saben cómo atenderlas, o a través de la desaparición del
expediente médico, una manera implícita y aguda de desatender un problema de
salud y de rechazar a un paciente. La discriminación y el estigma conducen así
a reforzar el riesgo para la salud y la vulnerabilidad de los pacientes que
pertenecen a las minorías sexuales (ya que éstos tienen que esconder sus gustos
sexuales en mayor medida que las personas heterosexuales), en particular cuando
al rechazo y la intolerancia basados en la preferencia, los gustos y las
prácticas sexuales, se suman los miedos y tabúes respecto de las enfermedades
de transmisión sexual y de sus formas de transmisión. En todo el país, en
especial en Guadalajara y en Tijuana, se pudo dar cuenta de que la
discriminación del personal de salud y el estigma relativo al VIH-sida entre
las propias poblaciones afectadas se refuerzan y provocan verdaderos dramas,
llegando a la muerte temprana, evitable, de hijos de buena familia, quienes han
estado descuidándose y aislándose
Por lo que pude observar y vivir en mis propias carnes, incluso
en una clínica especializada como la Condesa, en la moderna colonia del mismo
nombre, todavía los médicos tienden a abusar de su autoridad y poder; las
organizaciones de la sociedad civil que colaboran con dicha Clínica se otorgan,
de forma poco democrática y muy lucrativa algunas veces, el derecho de violar
la privacidad y la confidencialidad de los diagnósticos de los usuarios del
servicio de pruebas supuestamente anónimas. Asimismo, desorienta la falta de
información sobre los procesos relativos a la enfermedad y a la atención, pese
a la existencia de Módulos Específicos y Especializados de Orientación sobre
Derechos de las Personas Seropositivas para recibir quejas e informar sobre
aquellos, como el que (se) montó Letra S., cuyo funcionamiento se costea con
dinero público. Despista, diríamos en Madrid. Mata.
Los médicos tampoco tienen una alta capacidad de comprensión,
dadas sus bajísimas cuotas de sensibilización a las realidades del paciente, de
actualización científica, y a las dificultades ligadas a los mecanismos de
estigmatización social. En mi caso, me vi tratado por la Doctora Lar****,
encogida en su bata del IMSS, como se le trata a una persona dormida o muerta:
estaba tendido en la camilla, resfriándome por el ambiente poco acogedor del
entorno, y ella le indicaba a un becario, con la mano y con las palabras, cómo
repetir el operativo a seguir en las primeras citas con pacientes de mi
categoría. Sentí que el hecho de no estar pagando (al no tener recursos y no estar
inscrito, todavía, en el Seguro Popular), me hacía estar en una posición aún más
inferior, ya no sólo me veía a su disposición y obligado a contestar, durante media
hora, a sus preguntas sobre mi pasado sexual, intimo y afectivo, sino como
paciente pobre, no me debía ningún respeto, podía seguir dando su clase y
tratarme como a un animal. Ya que no te puedes atender en otra parte, ¿qué vas
a poder decir? ¿Cómo te vas a permitir, encima que ni estas pagando la
consulta, reclamar por la mala atención del doctor? El tiene todo el poder. Tú…casi
ninguno.
QUEJAS, RECLAMACIONES:
CONSEJOS DE UN EXPERTO
Antes de poner una queja, tienes que considerar una serie de
posibilidades, dificultades, problemas, como los que aparecen en la lista
exhaustiva siguiente:
1-La discriminación (en todas sus
formas, ver puntos 2 a 6 siguientes) puede aumentar: se te atenderá peor, te
perderán más...te haga entender finalmente que quejarte no es bueno para tu
salud emocional.
2-Trabajo social no te quiere abrir
expediente, o te lo dificulta al máximo.
3-Si querías perseguir la falta de
confidencialidad, ya estás: se acabó todo anonimato.
4-Si denuncias públicamente o haces
público la discriminación, se te “sancionará”, por ejemplo alargando el
proceso, o invitándote a abandonarlo.
5-Si haces demasiado ruido, incluso
algunos responsables de Centros Especializados son capaces de a) hacer
desparecer tus resultados; b) obtener entre sus amigos tu teléfono, y pasarlo a
otros cuates para la supervisión del seguimiento de tu proceso; c) sacar tu
expediente físico del archivo para que no puedan seguir atendiéndote y seguir
el protocolo, bloqueando tu acceso a la salud, limitando tu derecho a la salud,
y peor, mucho peor: poniendo tu vida en peligro. Eso te pasa por…hacer observaciones.
Si eres extranjero, pensarán que es
una desvergüenza que acudas a un servicio especializado como el CAPASIT, que
pidas el Seguro Popular, ya que en efecto a) te pagan en dólares + b) no eres
de acá;
O pensarán que no te enteras de nada y por lo tanto te
discriminarán con más fuerza, pensando que tienen todo el derecho de hacerlo,
que incluso lo hacen por la patria.
Además, por mucho que denuncies, no te apures: la discriminación relacionada con el
estatuto clínico VIH+ no se sanciona en México. Los responsables tienen por
tanto poco que perder cuando discriminan a las personas seropositivas, siendo
protegidas por el silencio, la indiferencia, el estigma, la segregación y el
aislamiento. De ahí la necesidad, a veces, de romper con el silencio para poder
defenderse del estigma y la discriminación.
¿DÓNDE Y CÓMO?
· Si
un servidor público vulneró tus derechos, puedes poner une reclamación en la Comisión Estatal de Derechos Humanos. No
te olvides que tienes derecho a revisión, firma si estás de acuerdo al 100% con
la resolución o lo que te presenten como tal o como cualquier otro documento
legal, si no lo entiendes o no estás de acuerdo con algunas de las
formulaciones, porque juzgas que no expresan tus pensamientos y juicios, hazlo
constar.También te podría dirigir a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
· Si
es un problema de filtración o mal uso de datos confidenciales o clínicos, un
caso de no respeto a tu derecho a la confidencialidad, también puedes poner una
queja en el Instituto de Protección de
Datos local.
El Distrito Federal el Instituto de Acceso a la Información Pública y de Protección de Datos Personales
ha sido para mí la vía más rápida para que la Secretaría de Salud empezara a
sentirse obligada a responder. La queja se recibe por teléfono o eventualmente
por correo y en la Oficina de Correspondencia. Uno tiene que volver a los 5
días para presentar la documentación: copia del IFE o documento de identidad,
relato de los hechos, detalle de los artículos de la Ley local de Protección de
Datos y/o otras normativas y leyes que soporten jurídicamente la queja, por
ejemplo, la última Norma mexicana relativa al VIH-Sida.
· Si
eres extranjero: tienes los mismos derechos que cualquier persona que viva en
México y pueda demostrar que reside de forma permanente en el país (pagas tus
impuestos en el SAT o en la Seguridad Social, cada año renuevas por 3200 pesos
desde la última Reforma de la Ley de Migración tu documento de identidad
mexicano, el cual te otorga el derecho de trabajar, y el deber de pagar
impuestos para partidas que tú no decides, al no tener siquiera el derecho a
votar. No está de más presentarte a la Embajada, con las copias de tus quejas y
documentos importantes, por si te pasará algo, poder solicitar los servicios
consulares o médicos. No te olvides nunca, que estamos en México…o te lo hagan
recordar.
· Si
la mala atención, el maltrato, la negligencia, la discriminación o
estigmatización, llega a entorpecer el cuidado de tu salud, el acceso a los
tratamientos, etc., o que te están rechazando la atención, puedes acudir a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED), la cual de momento no tiene desarrollos a nivel local y estatal . El objetivo de CONAMED es un
tanto distinto: primero, se trata de actuar sobre los obstáculos en el acceso a
la salud y por tanto, es sobre el impacto clínico que se va a valorar el daño,
así como la reparación eventual por el prejuicio moral, emocional, psicológico, físico, ocasionado.
· Si
estimas que te han discriminado en tu condición por tu estado serológico, tus
prácticas sexuales, tu orientación e identidad sexo-genérica, puedes poner una
queja en CONAPRED, claro, o en el Consejo estatal de tu ciudad, como COPRED en D.F.
Y por último recurso, puedes ir al
Módulo de Derechos Humanos de tu clínica favorita***, pero esto es el último
recurso…no te preocupes: hay convenios, no tienes que presentar tu queja en todos los lados, nada más...no vayas a meterte en líos por querer ser tratado como cualquier ciudadano de la llamada sociedad civil. La sociedad civil, son primero los que viven de tu malestar y de tu problema de salud, claro, ellos son los profesionales de tu problema. Por eso, ahora, faltaría plantearnos para qué ponemos una queja o una reclamación...
+ info sobre tus derechos
Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, 29 de abril de 2003: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/262.pdf
Ley para Eleminar la Discriminación del DF, http://www.copred.df.gob.mx/wb/copred/ley_para_prevenir_y_eliminar_la_discriminacion_en_
Ley para Eleminar la Discriminación del DF, http://www.copred.df.gob.mx/wb/copred/ley_para_prevenir_y_eliminar_la_discriminacion_en_
Ley Gederal de Salud, ultima reforma, 25 de enero de 2003: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/142.pdf
Ley de Salud del Distrito Federal, 17 de septiembre de 2009: http://www.salud.df.gob.mx/ssdf/dmdocuments/Ley%20de%20Salud%20del%20D.F.pdf
Reglamento de la Ley de Salud del DF: http://www.paot.org.mx/centro/reglamentos/df/pdf/REGLAMENTOS_DF_PDF/RGTO_LEY_SALUD_07_07_2011.pdf
[i] Según datos de la última encuesta
realizada con varones que tienen sexo con otros varones por el Instituto
Nacional de Salud Pública en 2011-2012 (pueden consultar un resumen ejecutivo
de los resultados recabados en: http://www.insp.mx/noticias/evaluacion-y-encuestas/2601-vihsida-mexico-2012.html)
[ii]
Memorias de la Lucha contra el VIH en México. Los primeros años, CONAPRED, 2009.
[iii]
CONAPRED= Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación: http://www.conapred.org.mx/
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